El cerco judicial sobre la financiación y los gastos internos del Partido Socialista Obrero Español se estrecha. El magistrado del Tribunal Supremo, Leopoldo Puente, ha dado un paso clave al solicitar formalmente a la Audiencia Nacional que investigue los pagos en efectivo que el PSOE realizó al exministro José Luis Ábalos y a su exasesor Koldo García.
Las Discrepancias que la UCO Destapa y el PSOE no Aclara
La decisión del magistrado Puente no es arbitraria. Se fundamenta en un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que revela importantes «discrepancias» entre los ingresos declarados por José Luis Ábalos y las cifras que el propio PSOE reportó. Este informe, junto con la información proporcionada por el partido, ha sido remitido al juez de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, para que determine si procede abrir una investigación formal.
Según consta en el auto judicial, tras tomar declaración al exgerente del PSOE y a una trabajadora responsable de entregar los fondos, persisten «cuestiones que no han sido aclaradas» sobre dichos pagos. Más grave aún, el juez subraya que no se ha ofrecido una explicación convincente sobre «el origen del dinero en efectivo que el partido tenía en su sede para cubrir los gastos».
La Sombra del Blanqueo y la Insuficiente Defensa del Partido
El punto más delicado de la exposición del magistrado es la sospecha de un posible delito de blanqueo de capitales. El juez plantea una hipótesis alarmante: el PSOE no verificaba si los gastos que Ábalos y Koldo presentaban para su compensación «provenían de dinero obtenido de manera ilegal». De ser así, al reembolsar esos gastos, el partido estaría, en la práctica, «lavando su origen».
La respuesta del PSOE, lejos de disipar las dudas, genera más interrogantes. El partido alega que la documentación presentada «no aclara nada al respecto». En un argumento que parece admitir una falta de control, añaden que si hubieran existido pagos en efectivo «diferentes a los que se han contabilizado, tampoco podrían estarlo los ingresos que los financiaban». Esta afirmación sugiere un sistema donde los pagos y los ingresos opacos podrían coexistir fuera de la contabilidad oficial, una admisión de una posible financiación irregular.
Con esta decisión, la responsabilidad se traslada a la Audiencia Nacional, que deberá ahora decidir si abre una nueva pieza de investigación que pone el foco directamente en las finanzas y los controles internos del partido que actualmente gobierna España.
