Se trata de contrarrestar esta idea con una iniciativa positiva: incorporar a la factura la «presión fiscal en factura».
O sea: que cada factura indique coma del importe total, que porcentaje de los ingresos del autónomo o empresario como en función del índice global del año anterior, van a dedicarse a pagar impuestos.
El resultado será, en la mayoría de los casos, que saldrán presiones en factura de entre el 40 y el 60 por ciento.
Durante muchos años yo incorporé este texto a mis facturas, y así los clientes comprenden mejor la política de precios.


